InicioCrónicas de conciertosLEPANTO ROCK: SAUROM + ZYPHRA + NAHEVIA

LEPANTO ROCK: SAUROM + ZYPHRA + NAHEVIA

Plaza de Toros (Villarejo de Salvanés)

Villarejo de Salvanés renueva su apuesta por un festival de rock

El pasado sábado asistimos a la primera edición del Festival Lepanto Rock, en localidad madrileña de Villarejo de Salvanés, situada en la comarca de Las Vegas, en el kilómetro 48 de la autovía A-3 Madrid-Valencia, y cuya patrona la Santísima Virgen de la Victoria de Lepanto da nombre a este evento. El cartel iba a contar con la presencia de la banda de San Fernando, Saurom, Zypfra y los locales Nahevia.

No visitábamos esta localidad desde el año 2008, cuando por entonces se celebraba el Villarock, y que en su cuarta edición consiguió reunir un atractivo cartel, con los dos ex vocalistas de Iron Maiden Paul Di’Ano y Blaze Bayley, el ex vocalista de Rhapsody Fabio Lione, los granadinos Azrael y los madrileños Sobredosis, Nagasaki y Abu Simbel, el embrión de los actuales Sinestress.

Antes de acercarnos a la plaza de toros, el recinto donde se celebraba el concierto y con unas altas temperaturas en la región, tomamos algo en una de las terrazas de la plaza, que estaban abarrotadas y con presencia de gente que asistiría a ver las actuaciones, dejándose unas buenas perras en la localidad.

El grupo que abrió la noche fueron los madrileños Zyphra, una banda de músicos curtidos, que llevan funcionando desde el 2005, con dos miembros fundadores como el vocalista y alma mater, David Aldana y el guitarrista Samuel Castillo, completando la formación Javier Valdericeda a la otra guitarra, Héctor Cobo al bajo y Daniel García a la batería, último miembro en incorporase.

Su repertorio se basó es su tercer y reciente disco «Fuego Prohibido», algo totalmente lógico y que muestra la evolución de su sonido, sin dejar esas bases clásicas de heavy rock ochentero. Temas como “Venganza”, “El Eco de tu Voz”, “Templario” o “Mi Infierno Eres Tú” intentaban animar a un público muy joven que en su mayoría habían acudido para ver a Saurom, y eso sin conocer las canciones no era tarea fácil.

“Hechizo de Luna”, “Fuego Prohibido” que da nombre al disco y “Sol Naciente” fueron las canciones nuevas que quedaban por ofrecernos. Con “Ciudad Sin Ley”, dedicada a la maldita guerra, y única de su debut discográfico, y “Para Siempre”, que junto con la inicial “Revolución” eran las dos rescatadas de su segundo álbum, nos pidieron un mar de cuernos para invocar a los dioses del metal y despedirse realizando un eficaz trabajo.

La energía y la entrega de David no fue acompañada con el mismo entusiasmo por parte del resto del grupo, mostrando una imagen más fría y estática y centrados más en sus instrumentos que en interactuar con el público. Es de suponer que cuando las composiciones nuevas estén más asentadas, se interiorizarán mejor y redundará en un mayor beneficio para todos.

Turno después para los gaditanos Saurom, una banda que ha crecido mucho musicalmente y que cumplió el año pasado su veinticinco aniversario, incrementado bastante su masa de seguidores, editando trabajos muy elaborados y con cierta fluidez, cuidando mucho las redes sociales y con un trabajo muy meticuloso y coordinado desde la autogestión. Ficharon recientemente con la promotora Madness Live y veremos si los resultados están de acorde con sus expectativas.

Tras una pequeña intro, los isleños salieron con “El Monte de las Ánimas”, enganchando enseguida a una entusiasta parroquia que tenía ganas de diversión y para la que habían preparado un extenso show, con nada más y nada menos que veinticuatro temas, en los que apenas iban a dar tregua durante toda la noche. El grueso de su set listo lo iban a componer las composiciones de «Sueños», y como no las del último trabajo «Música», que ya ha cumplido dos años.

Canciones como “3,2,1… ¡La Tierra!”, la literaria “El Lazarillo de Tormes”, “El Queso Rodante”, la espléndida “Música”, o las festivas “Fiesta de la Cerveza” o “Salta”, hicieron las delicias de sus seguidores, que no pararon de corear cada una de ellas, de saltar y de apoyar con las palmas cuando era necesario.

No faltaron sus grandes clásicos como la maravillosa “La Musa y El Espíritu”, “La Taberna”, “La Posada del Poney Pisador”, con la que cerraron, o “La Batalla Con Los Cueros de Vino”, en la que lanzaron grandes globos al público para remarcar ese aire de fiesta que rodea sus conciertos. En esta ocasión no había zancudos, ni tragafuegos, pero Saurom nunca descuida sus puestas en escena, y además de la pantalla con proyecciones, había algunos efectos pirotécnicos como los cañones que lanzaban fuego en algunas partes puntuales, bengalas o los confetis del final.

Narci Lara a la guitarra, flauta, gaita, violín y todo lo que se tercie, Miguel Ángel Franco a las voces, Raúl Rueda a la otra guitarra, José Antonio Gallardo al bajo y saltos acrobáticos, Santi Carrasco a los teclados, flauta y acordeón, además de coordinar los momentos de disparar el fuego, y Antonio Ruiz a las baquetas, configuran un combo muy sólido que llevan juntos desde el año 2006 y eso se nota mucho en una maquinaria que funciona a la perfección y está enriquecida con gran variedad de recursos musicales.
Nos agrada sobremanera que no se olvidaran de uno de mis discos favoritos como es el oscuro y heavy «Maryam”, y del que nos dejaron dos maravillosos cortes como “Aquel Paseo Sin Retorno” o “Irae Dei”, que fueron una auténtica bendición.

No faltó tampoco su habitual ritual de implicar a los seguidores en “El Carnaval del Diablo”, dividiendo a los seguidores en dos grupos para luego incitarles al círculo juglar, con pogos, saltos y choques entre ellos.

Saurom nunca decepcionan, no escatiman en sus actuaciones y siempre es un placer acudir a su llamada, por eso mismo los volveremos a ver en menos de un mes en el Leyendas del Rock 2022, al que regresamos con ganas después de dos años de ausencia pandémica.

El fin de la fiesta llegó con Nahevia, la banda que procede del mismo Villarejo de Salvanés y que animó al público que quedaba, con una mezcla de temas propios y de versiones de grandes clásicos de nuestro rock, dentro de unos parámetros marcados por el heavy y el hard rock.
Entre sus canciones de cosecha propia sonaron “Fe Suicida”, “Me Dais la Vida”, “Confía en Mí”, “Ultimo Viaje”, primera composición del grupo, “Shackleton”, o “Nahevia”, que les da nombre y explica el origen de su formación. Su vocalista, no paró de animar a los asistentes, entre los que se encontraban familiares y amigos de los componentes.
Entre las versiones, sonaron auténticos himnos como “Dalia» de Saurom, «Perro Traidor” de Saratoga, “Hijo de la Luna”, en la versión de Stravaganzza, “El Guardián de Tu Piel”, de Beethoven R., “Los Rockeros Van Al Infierno” de Barón Rojo, “Abre la Puerta” de Triana y el único de fuera, “Wasted Years” de Iron Maiden.

El resumen del Festival es francamente positivo y desde aquí queremos valorar el esfuerzo que supone organizar un evento de este tipo y la implicación del consistorio, deseando que el año que viene pueda repetirse y logre su consolidación.

Crónica y Fotos por: José Luis Martín.

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