Una cerveza artesana oxidada presenta ciertos aromas, sabores y colores característicos que permiten identificar la oxidación. Este proceso es causado por la exposición al oxígeno, y aunque en pequeñas cantidades puede ser parte del envejecimiento de algunas cervezas, en la mayoría de los estilos (especialmente los más lupulados o frescos) es un defecto. Aquí te explicamos cómo detectarlo:
Signos de oxidación en una cerveza artesana:
Los aroma no son correctos, cuando cambian y se pierden los que deberían prevalecer y estar presentes, como pueden ser los que ofrecen los lúpulos por ejemplo. Por eso mismo puedes encontrar lo siguiente:
- Papel húmedo o cartón mojado: Es el descriptor clásico de oxidación, especialmente en cervezas envejecidas o mal almacenadas.
- Miel o manzana cocida: En algunas cervezas claras puede oler dulzón de forma inusual.
- Aromas apagados: Los aromas frescos del lúpulo (cítricos, florales, resinosos) disminuyen o desaparecen.
El sabor te cambia y no es el esperado que te deberias encontrar.
- Dulzor extraño o empalagoso: Sabores como miel o jarabe que no estaban presentes originalmente.
- Ausencia de frescura: En IPAs, Pale Ales u otras cervezas lupuladas, notarás que el amargor está desbalanceado y los sabores cítricos o tropicales ya no están.
- Incuso puedes encontrar un sabor a cartón mojado o incluso a nuez rancia, que es lo más común.
El color cambia y se pierde completamente el que corresponde al estilo de la cerveza artesana.
- Oscurecimiento: Cervezas claras (como las rubias o IPAs) pueden adquirir tonos más cobrizos o marrones con el tiempo si se oxidan.
La carbonatación se puede ver afectada y te cambia por completo la cerveza artesana. Puede haber pérdida de gas si la oxidación ha sido prolongada. Una cerveza oxidada puede parecer «plana».
Causas comunes de oxidación
A veces la oxidación puede venir marcada por diferentes agentes externos que hacen que la cerveza resultante no esté en el estado correcto, y esté llena de errores y/o contaminada. Esto sucede cuando encontramos un envasado con presencia de oxígeno. Pero también puede ser producido por un mal embotellado, ya que la chapa esté mal sellada. Otro de los aspectos más comunes es el almacenamiento prolongado o inadecuado, donde se puede encontrar el calor, la luz o el tiempo que pasa sin consumir la bebida. También hay que tener cuidado con el proceso de elaboración, porque en el embotellado puede producirse una contaminación, debido a que el llenado de las botellas esté sin purgar con CO₂, haya un espacio de cabeza (headspace) muy grande en la botella, se tarde más de lo debido entre el llenado y el tapado, y que el embotellado en ambientes se lleve acabo sin un control del oxígeno (sin inertización).
Una nota aclaratoria que completa lo ya explicado sería lo siguiente: Hay estilos de cerveza (como Barleywine, Imperial Stout, o cervezas envejecidas) donde cierta oxidación puede ser deseada y aporta notas de jerez, pasas o frutos secos. En cambio, en cervezas lupuladas (como IPAs o APAs), la oxidación es siempre negativa.
La oxidación de la cerveza es uno de los problemas más comunes que te puedes encontrar. Controlando la carbonatación y el embotellado correcto, se puede evitar.
Si quieres ver más noticias como esta, visita nuestra sección Lo más cervecero.