El cantante Robe Iniesta, líder de Extremoduro, ha fallecido a los 63 años. Hasta ahora no se ha revelado la causa exacta de su muerte.
La noticia la hemos conocido a través de su agencia de comunicación con la que el venía trabajando desde siempre. Entre palabras le ha descrito como “el último gran filósofo, humanista y literato contemporáneo de lengua hispana”.
Pero lo cierto es que, en 2024 Iniesta se vio en la obligación de suspender la gira que estaba llevando acabo por aquel entonces. Le habían diagnosticado un tromboembolismo pulmonar. Desde entonces, ha estado apartado de los escenarios. Todo fue un silencio, pero con la esperanza de volverle a ver de nuevo lo que él mejor sabía hacer.
Sobre su vida y trayectoria
Robe Iniesta nació en Plasencia (Cáceres), el 16 de mayo de 1962. A los 20 años comenzó a escribir sus propias canciones y formó su primer grupo, Dosis Letal. En 1987 fundó Extremoduro, que con él como vocalista, guitarrista, letrista y alma del proyecto, se convertiría en una de las bandas más influyentes del rock en español.
Robe abandonó los estudios joven, trabajó con su padre y fue aprendiendo de forma autodidacta tanto la guitarra como la composición de canciones.
Desde sus inicios, la música de Robe destacó por letras llenas de metáforas, rebeldía, crudeza, pasión, desamor, visceralidad… un lenguaje directo que rompía con los clichés del rock más comercial. En sus canciones mezclaba aspectos existenciales, intensas experiencias personales, crítica social, deseo, desesperación… todo con un fondo de honestidad brutal.
Musicalmente, Extremoduro, bajo su liderazgo, evolucionó desde un rock duro y “transgresivo” hacia sonidos más complejos, melódicos, progresivos e incluso poéticos.
Robe no era solo un cantante o guitarrista: él mismo se consideraba más poeta que “rockero al uso”.
El debut de Extremoduro fue con una maqueta llamada «Rock transgresivo» (1989), una obra tan humilde como simbólica del espíritu “hazlo tú mismo” que protagonizaban. El salto de la banda se produjo con el álbum «Agila» (1996), al incorporarse el guitarrista Iñaki «Uoho» Antón, lo que supuso un punto de inflexión: sonido más maduro, mezcla eficaz de potencia musical y profundidad lírica.
A lo largo de décadas, llegaron otros discos emblemáticos: «Deltoya» (1992), «Somos unos animales» (1991) y «La ley innata» (2008), entre muchos otros.
Tras la disolución definitiva de Extremoduro en 2019, Robe emprendió carrera en solitario, lanzando discos propios como Lo que aletea en nuestras cabezas (2015), Destrozares, canciones para el final de los tiempos (2016), Mayéutica (2021) y «Se nos lleva el Aire » (2023), su más reciente obra.
Su influencia en el rock
Robe y Extremoduro fueron pioneros en darle al rock en español una dimensión de “raw underground + poesía cruda + melodía intensa”: algo que muchos consideran un giro radical respecto al rock más comercial o suave.
Inspiró a generaciones de músicos y bandas a apostar por la sinceridad, la rebeldía, la autenticidad, no tanto la perfección técnica, sino la fuerza emocional y existencial.
Aun cuando abandonó, o mejor dicho transformó el rock más duro, su paso al rock más melódico/personal mostró que un “rockero real” puede evolucionar, experimentar y reinventarse, sin perder su esencia.
Sus letras, crudas y profundas, abordaban temas universales: el amor, el dolor, la identidad, la autodestrucción, el deseo, la rebeldía, lo que permitió al rock tocar a muchos jóvenes que se sentían identificados con su mundo.
Y ahora nos deja. Se nos va. Pero su legado va a quedar ahí para siempre. Una marca imborrable y uno de los mayores influyentes en el rock más contemporáneo, pasando por diferentes generaciones, algo que no pasa de moda y que queda ahí para el recuerdo.
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